lunes, 8 de febrero de 2010

EXPOSICIONES

Este fin de semana he ido a Bilbao a ver la exposición sobre el arquitecto Frank Lloyd Wright. Me gustaría compartir con vosotros la parte “Frank Lloyd Wright y la Educación” porque me ha parecido muy interesante descubrir como Wright intenta que sus alumnos vean la arquitectura desde un punto de vista fuera de lo convencional. Os invito a que opinéis sobre este método...

Frank Lloyd Wright y la Educación

Esta sección presenta un análisis de los aspectos educativos que influyeron en la vida personal y profesional del arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright. Se centra tanto en las bases de la educación que el propio Wright recibió en su juventud y en los primeros años de su carrera profesional, como en el modo en que él educó e inspiró a los jóvenes que lo rodearon a lo largo de sus setenta y dos años de carrera.

EDUCANDO A WRIGHT

Nacido en una familia progresista, que profesaba la religión unitaria, en el estado rural de Wisconsin, Wright creció jugando con los “Regalos Froebel”, unas pequeñas piezas geométricas de madera y materiales creativos en papel que su madre había visto en la Exposición Universal de Filadelfia de 1876. El pedagogo alemán Friedrich Froebel creía que, antes de experimentar libremente, los niños debían ser capaces de distinguir las formas geométricas básicas subyacentes de todas las cosas. Gracias a su geometría estructural, estos bloques permitían que los niños construyeran diversas formas. En sus escritos, Wright hace referencia en repetidas ocasiones a los efectos formativos de estos juegos, que habían abierto su mente a las estructuras rítmicas de la naturaleza y le habían invitado a “mirar adentro y mirar desde dentro”.

Wright pasó los años de su adolescencia trabajando en la granja de su tío, cerca de Spring Green. En ella, creció acostumbrándose a la dureza del trabajo físico y desarrolló un aprecio por la vida agraria y la espiritualidad de la naturaleza. Más adelante, mientras trabajaba en el estudio de los arquitectos Adler y Sullivan en Chicago, Wright diseñó un edificio para el internado de Hillside, donde sus tías impartían una enseñanza progresista, en el valle de los Lloyd Jones. El programa de enseñanza pionero desarrollado por Ellen y Jane se centraba en conseguir que cada estudiante alcanzara un máximo potencial como individuo. Inaugurada en 1887, la suya fue la primera escuela mixta de Estados Unidos, y fue descrita por la que fue profesora del centro Mary Ellen Chase como “una escuela, un hogar y una granja, todo en uno”. Wright emplearía esta misma combinación de educación progresista y respecto a la naturaleza en su propia escuela, la Comunidad de Taliesin, fundada en 1932.

WRIGHT EDUCADOR

Wright, apasionado defensor de las oportunidades que brindaban las innovaciones científicas y tecnológicas, estaba decepcionado con los programas educativos tradicionales de los Estados Unidos. No le interesaba una “educación de aula y libro de texto”, basada en créditos y títulos oficiales. Creía que el sistema tradicional que produce estudiantes excesivamente formados, pero carentes de una base cultural sólida, podría beneficiar al científico, al empresario o al político, pero era completamente inapropiado para los arquitectos. Desde su punto de vista, numerosos arquitectos jóvenes carecían de inspiración e integridad, y no eran conscientes de cómo la arquitectura podía plantear una solución orgánica a un problema.

Esta decepción unida a la falta de trabajo derivada de la Gran Depresión, le llevó a fundar en 1932 una escuela para promover su programa educativo de manera más formal. Con la colaboración de su mujer, Wright volvió a abrir las puertas del edificio que había diseñado para sus tías algunas décadas antes, y rebautizó la escuela con el nombre de Comunidad de Taliesin.

Partiendo de la creencia de que la educación moderna se centraba poco en la experiencia interior del alma, Wright instó a sus aprendices, tanto hombres como mujeres, a que se convirtieran en individuos más creativos, abiertos a interpretaciones del mundo cotidiano y a formas de comunicación efectivas. El dentro se convirtió en un modo de vida para todos, y, si bien la arquitectura –a través de los encargos que recibía el estudio de Wright– formaba el núcleo del plan de estudios de la escuela, también tenían gran importancia la presencia de otras artes como la pintura, el dibujo, la escultura, el teatro, la danza o el cine.

Los aprendices de la Comunidad de Taliesin vivían una vida comunitaria, que incluía actividades cotidianas como cocinar, cultivar, limpiar, construir estructuras tanto en Taliesin, en Spring Green, como a partir de 1937, en Taliesin Oeste, a las afueras de Scottsdale, Arizona. Wright, inspirado por sus tías, defendía que las diferencias sociales por razón de género no eran razonables y no dudaba en poner a los chicos a cocinar y a las chicas a cosechar. La idea general era que los alumnos aprendieran todo lo posible a través de la práctica, de experimentar “la arquitectura de la vida, o la vida como arquitectura”.

Interesado en el debate, Wrght solía recibir con frecuencia a sus coetáneos; entre otros, recibió la visita de los arquitectos Mies van der Rohe, Erich Mendelsohn y August Perret, y de la artista Georgia O’Keeffe.

Tras la muerte de Wright en 1959, los miembros más destacados de la Comunidad de Tliesin mantuvieron el programa bajo la dirección de la viuda de Wright, Olgivanna. En 1960 el programa fue rebautizado como Escuela de Arquitectura Frank Lloyd Wright, nombre bajo el cual continúa funcionando hoy en día. La escuela sigue siendo una firme defensora de una educación centrada en el aprendizaje de la arquitectura a través de su puesta en práctica, a la vez que promueve su integración con la vida, el trabajo y la comunidad. Y ofrece programas de licenciatura y doctorado en arquitectura.

Las charlas dominicales

Los domingos por la mañana, ya fuera en Wisconsin o en Arizona, Wright se reunía con sus alumnos para discutir los temas más diversos, relacionados no sólo con la arquitectura sino también con el arte y la filosofía, el grabado japonés y los escritos de los trascendentalistas.

Migración

El traslado anual en coche de la residencia de primavera/verano (Taliesin, Wisconsin), a la de otoño/invierno (Taliesin Oeste, Arizona), constituía un momento clave en la formación de los aprendices, que experimentaban de este modo la influencia directa del cambio de paisaje y su repercusión en la arquitectura y la vida cotidiana. Del mismo modo, el desplazamiento proporcionaba una experiencia de viaje enriquecedora, pues durante el camino los alumnos conocían una gran variedad de tipologías arquitectónicas y paisajes.

Trabajo de estudio

Los alumnos del centro participaban activamente en el desarrollo de todos los proyectos de Wright, incluyendo la primera Casa Usoriana, el Edificio de oficinas y Torre de investigación Johnson Max, la Casa de la Casacada y el Solomon R. Guggenheim Museum. Trabajaban en ilustraciones, planos de ejecución y maquetas arquitectónicas.

Trabajo arquitectónico manual

Los alumnos del centro, a deferencia de cualquiera de las otras escuelas oficiales de arquitectura, estaban más en contacto directo con los materiales. Tanto en Taliesin como en Taliesin Oeste, los estudiantes se implicaban en todas las fases reales de la construcción de un edificio. Wright insistía en la importancia de la comprensión práctica de los materiales, y hacía que los alumnos, por ejemplo, derribaran árboles para después serrarlos en tablas y convertirlos en estructuras, soportes, muebles y bloques tallados.


2 comentarios:

  1. Me gusta mucho este arquitecto, me he leído un libro de el, que me presto mi profesora de dibujo, y me impresionan muchas cosas de el, creo que es una persona, que ha apostado mucho por sus proyectos, y ha arriesgado mucho a pesar de que en muchas ocasiones sus proyectos antes de llevarlos a la practica parecieran imposibles de construir,como por ejemplo esos pilares de la Johnson Wax Building, que no se confiaba en que soportaran el peso del edificio, y como no admiro su casa de la cascada, me parece increíble.

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  2. Muy interesante el post, aunque algunos piensan que los juguetes de Froebel, en vez de potenciar la creatividad, la anulan. Adjunto el enlace a un breve post sobre las ideas de Bernard Rudofsky al respecto por si a alguienle interesa echarle una ojeada:
    http://bailarsobrearquitectura.wordpress.com/2014/02/21/juegos-de-ninos/
    Saludos,
    Iago López

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